La ciencia es crucial en el mundo actual. Sin embargo, la producción de conocimiento científico está condicionada por intereses y poderes. Son condiciones que limitan la investigación científica en determinadas áreas o temas. Quienes nos dedicamos a ella, sabemos y defendemos que esta no debe estar limitada ni condicionada y que debe ser plural, pero también sabemos que no son necesariamente estas premisas las que sostienen la producción de conocimiento científico de manera general y a nivel global.
La segunda administración de Donald Trump en el gobierno de Estados Unidos ha iniciado actuando con censura sobre la ciencia mediante órdenes ejecutivas que impiden o detienen estudios científicos que puedan tener que ver con los temas vinculados a Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), entre otros. Estos no recibirán fondos del gobierno federal.
La Fundación Nacional de Ciencias revisará cualquier propuesta de investigación que contenga conceptos que puedan estar vinculados con DEI, entre ellos “mujeres”. Este concepto, así como el de discapacidad, género, raza o etnicidad son considerados fruto de ideologías “dañinas”, más que conceptos científicos de la teoría social.
La orden ejecutiva sobre “ideología de género” habla de “verdad biológica” y de protegerla para, de este modo, proteger a las mujeres. Esta afirmación surge de no entender que los problemas de las mujeres no tienen tanto que ver con su condición biológica, sino con su condición social, es decir, con el género, que se construye social y culturalmente sobre la base de su biología. Negar el género o censurarlo en las investigaciones científicas es directamente atacar a las mujeres. Su rechazo a reconocer la diversidad en la orientación sexual y la identidad de género no puede esconderse tras una supuesta protección de las mujeres.
Si bien toda actividad científica se ve afectada por estas disposiciones, su impacto en la producción de conocimiento por las ciencias sociales es directo y fundamental. En efecto, tanto los tres conceptos que incluye el acrónimo DEI como prácticamente todas las palabras consideradas “prohibidas” vinculadas a estos asuntos, expresan conceptos producidos por las ciencias sociales para entender y explicar nuestras sociedades, marcadas por tantas desigualdades. Seguiremos trabajando en ellos bajo la apuesta y el compromiso de otros liderazgos en la ciencia a nivel global y local.
La autora es antropóloga e investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS-AIP) e integrante de Ciencia en Panamá.

Doctora en antropología social y magister en género y desarrollo. Sus trabajos de investigación se ubican en la antropología feminista y aplicada. Ha trabajado como investigadora, consultora y docente en diversos países de África y América Latina. Desde el año 2012 reside y trabaja en Panamá. En el año 2014 se incorporó a la Universidad de Panamá como profesora visitante e investigadora del Centro de Investigaciones de la Facultad de Humanidades (CIFHU) y es Investigadora II del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de Panamá. Es autora de la obra “Mujeres Indígenas migrantes; encrucijadas de género y etnicidad en la migración indígena contemporánea” (Editorial Abya Yala. 2020). Ha liderado varias investigaciones etnográficas sobre las desigualdades de género y los derechos de las mujeres, y es la coordinadora del proyecto “Pioneras de la ciencia en Panamá” financiado por la SENACYT.
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