¿Cómo puede Panamá lograr un desarrollo económico equilibrado?
Dr. Juan-J. Moreno-M., Economía Aplicada, CIEPS 
18 de Septiembre de 2024.
Cuando los vectores del desarrollo económico se entrelazan con desafíos estructurales de índole social, el país experimenta una situación de gran relevancia. A pesar de las tasas de crecimiento sostenido logradas en períodos anteriores, la dinámica actual refleja una disminución en sectores clave, lo que agrava las persistentes disparidades de desigualdad y debilita la sostenibilidad  del modelo de desarrollo.
Según los datos del INEC, en junio de 2024 la economía creció un 1,8%, lo cual es mucho menos que el 5,7% del año pasado. Los cambios mostraron descensos en áreas como el comercio, la construcción y la agricultura, mientras que el transporte, el almacenamiento, las comunicaciones y los servicios financieros no lograron compensar totalmente la disminución.
Durante el segundo trimestre de 2024, la economía del país experimentó un crecimiento más moderado, con un aumento del 2,5%, en contraste con el 8,2% registrado en el mismo período del año anterior en 2023. La desaceleración actual se atribuye en parte a la notable disminución del 51.2% en la actividad de extracción de minas y canteras, la cual ha sido ocasionada por el cese de la extracción de minerales de cobre y sus concentrados. Además, se registró una disminución del 5,7% en los ingresos del Canal de Panamá; no obstante, las operaciones retornaron a su estado habitual gracias a las medidas implementadas durante el período de sequía. Los problemas mencionados subrayan la necesidad de fortalecer la estabilidad económica y disminuir la dependencia en sectores vulnerables, como la construcción, afectada por variaciones impredecibles en las inversiones, y la minería, que se ve sometida a presiones tanto sociales como ambientales.
La inversión extranjera directa y las calificaciones financieras son aspectos fundamentales para el desarrollo económico de un país, los cuales han experimentado cambios. En un entorno de inversión incierto, la caída en 2023 fue del 30.7%. No obstante, el incremento del 36.3% en el primer trimestre de 2024 pone de manifiesto el renovado interés a nivel internacional. La recalificación soberana realizada por Fitch Ratings resalta la importancia de implementar una gestión de riesgos más eficaz con el fin de restablecer la confianza en el mercado de Panamá.
Aunque la economía del país ha crecido notablemente, la persistente desigualdad económica sigue representando un desafío importante. El nivel de desigualdad, que se sitúa en torno al 0,5, muestra cómo se reparten de manera injusta los frutos del progreso. La necesidad urgente de fortalecer el sistema tributario se evidencia en la ineficacia en la recaudación fiscal, con un incumplimiento del impuesto sobre la renta del 80.5% en 2022, lo que representa una brecha del 7.9% del PIB. Las carencias señaladas no solo afectan la estabilidad económica del país, sino que también contribuyen a mantener la desigualdad y la exclusión social al no garantizar una distribución justa de los recursos.
El mercado laboral se enfrenta a desafíos significativos en el corto plazo. La tasa de desocupación del 7,4% muestra una combinación de subempleo y desempleo estructural. Sin embargo, la proporción de la población en edad activa que está en el mercado laboral, del 62,4%, indica que todavía hay espacio para mejorar en términos de inclusión laboral. Es esencial crear nuevas oportunidades laborales con un alto valor agregado y mejorar las condiciones laborales actuales para fomentar el talento nacional y impulsar el desarrollo económico.
Se observan señales de que la inflación se mantiene estable: en agosto de 2024, el costo de vida subió un 0,3%, y la tasa de crecimiento anual fue del 1,9% en diciembre de 2023. No obstante, esta supuesta estabilidad puede esconder aumentos de precios ocultos, especialmente en los sectores de energía y alimentos, que, si no se manejan correctamente, pueden perjudicar la capacidad de compra y la estabilidad económica general.
En país enfrenta desafíos importantes que demandan la aplicación de múltiples estrategias con el fin de redefinir su crecimiento económico. Es de vital importancia progresar hacia un modelo de desarrollo que sea tanto sostenible como inclusivo en el territorio nacional. La implementación de la Taxonomía de Finanzas Sostenibles en Centroamérica es un avance pionero que sitúa al país como líder regional en la atracción de inversión responsable alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La sostenibilidad financiera está experimentando un aumento notable, lo cual se puede observar en la adopción de estándares internacionales como la Taxonomía Verde de la Unión Europea y la Clasificación de Industrias Verdes de China. Este fenómeno se encuentra en consonancia con los avances registrados en países como Chile, Colombia y México. La implementación de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) S1 y S2 en Panamá proporciona un marco esencial para la divulgación de los riesgos y beneficios asociados con la sostenibilidad.
No obstante, la implementación de esta medida demanda el fortalecimiento de la infraestructura de datos y el mejoramiento de las capacidades técnicas para la evaluación de riesgos. Las instituciones de supervisión financiera tienen un papel crucial en fomentar la integración de la supervisión de la inversión y el financiamiento, así como en promover prácticas sostenibles.
En este caso, se necesitan implementar medidas que promuevan la capacidad de ajustarse y ampliar su economía para superar sus problemas y aprovechar sus fortalezas. Estas acciones ayudarán a que el país sea más competitiva, promoverán la creación de empleo en áreas nuevas y ayudarán a reducir las diferencias económicas y sociales, además de prepararnos mejor para enfrentar futuros desafíos.