El carácter panameño ha sido caracterizado como fundamentalmente pragmático, bien por una conciencia condicionada por el imperativo de optimizar su posición geográfica o por el predominio de la actividad económica comercial. Expertos y analistas consideran que el pragmatismo panameño está condicionado por un modelo transitista que en términos de crecimiento económico ha sido exitoso y que ha propiciado un sistema político estable, pero que tiene la debilidad de no disminuir sus altas tasas de desigualdad. Incluso el padre de la nación panameña, Justo Arosemena, fue un intelectual con un pensamiento fundamentalmente utilitarista lo que le encuadra dentro de una corriente filosófica esencialmente pragmática.
Esta orientación hacia lo práctico, la transacción comercial, lo útil aparentemente riñe con la priorización de lo ambiental por encima del crecimiento económico expresada en la Encuesta de Ciudadanía y Derechos 2023 del CIEPS. Un 64.8% de los encuestados considera que “hay que darle prioridad al medio ambiente, sin importar sus consecuencias negativas en el crecimiento económico”.
Con respecto a otros estudios recientes que plantean la misma pregunta, está la encuesta de Ipsos realizada en 2021 a 30 países que no incluía Panamá, “Obs Cop: 2021: Climate Change and Public Opinions Internacional Observatory”. Los 3 países que más priorizaban el medioambiente en la encuesta de Ipsos son Turquía, Colombia y Chile, que expresaban los siguientes porcentajes, un 72% en Turquía, un 67% en Colombia, y un 63% en Chile anteponían el medioambiente por encima del crecimiento económico, así los porcentajes que más priorizan el medioambiente son muy cercanos a los datos recogidos por CIEPS en Panamá.
A estos datos se puede añadir otros presentes en la Encuesta de Ciudadanía y Derechos 2023. En un listado de 7 criterios que definen a un “buen ciudadano/A” como “cuidar el medioambiente”, “votar siempre en las elecciones”, “ayudar a las personas vulnerables”, “mantenerse informado/A de los asuntos del país”, entre otros, las personas encuestadas seleccionan en primer lugar “cuidar el medioambiente”, con un 93.3% de las personas encuestadas que lo considera muy o bastante importante para ser un buen ciudadano/A. Otro dato destacado es que un 52.5% considera muy prioritario (de 10 a 8 en una escala del 1 al 10) que el presupuesto público se invierta en protección ambiental, en este caso lo medioambiental per se no ocupa los primeros puestos, copados por necesidades percibidas como más urgentes como la salud, la educación y el agua, pero este porcentaje sigue siendo un dato no desdeñable.
Tras un trascurso histórico en el que el carácter nacional panameño ha sido caracterizado como pragmático, esta inquietud medioambiental es especialmente llamativa sobre todo cuando se superpone al crecimiento económico. Pero visto de otra manera, ¿no es la conservación de la naturaleza una forma de pragmatismo?, ¿no compone el ambientalismo una serie de acciones para garantizar la utilidad y el beneficio de los recursos naturales que dispone una sociedad?
Lo medioambiental históricamente ha ocupado un papel secundario en los debates públicos en Panamá, cabe señalar que en la anterior campaña electoral no fue un tema que ocupara ningún lugar en el debate entre los candidatos. Pero el debate coyuntural sobre la actividad minera y sus efectos sobre el medioambiente (sus externalidades) unido a la situación de emergencia ambiental por la sequía, están sin duda influenciando la opinión pública, convirtiendo a la crisis ecológica en algo muy cercano. Las autoridades se han visto obligadas a reducir la carga y el número de barcos que transitan por El Canal, y esto va a ocasionar pérdidas millonarias, en un sector tan estratégico para el país, y otros sectores como el agropecuario van a ser perjudicados. Con este estado de las cosas quizás las siguientes elecciones generales puedan tener un invitado inesperado en el debate de la campaña electoral: el medioambiente. Ya ha habido algunos candidatos que han señalado la importancia de tomar en consideración el cuidado y la protección del medioambiente, y este factor puede ocupar un lugar que no ha tenido en los precedentes comicios.
El reto ambiental es enorme pero la emergencia de una conciencia medioambiental en la ciudadanía puede ser una fuerza motriz para que se tome en seria consideración la necesidad de agregar la sostenibilidad al modelo de desarrollo panameño. Las políticas ambientales son desde luego una forma de optimización del valor de la biodiversidad en una sociedad con tanta riqueza biológica, es muy revelador que solo la isla de Barro Colorado dispone de la misma cantidad de especies de árboles que toda Europa y que Panamá posea el 0.6% del stock mundial de recursos hídricos renovables, el doble de recursos hídricos que le corresponderían por el tamaño del país. Pero en términos generales, una forma pragmática de abordar los grandes retos que están presentes en la sociedad panameña es sin lugar a dudas escuchar a la ciudadanía.
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Originalmente publicada en el diario La Prensa el 21 de agosto de 2023.
Doctor en Sociología y Antropología por la Universidad Complutense de Madrid. Experto en investigación social y estudios de opinión pública, consultoría y formación para organismos multilaterales, administración pública, empresas y ONGs.
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