La ‘bondad’ de las reformas electorales depende del problema que se quiera resolver y de la posición que ocupa cada actor en el sistema político. Cuando se trata de los cuatro elementos del sistema electoral –circunscripciones, fórmula, listas y umbral– la premisa general, como la resumió Colomer (2001), es que “los grandes prefieren lo pequeño y los pequeños prefieren lo grande”. El sistema electoral es eso, un sistema, por lo que las reformas deben ser abordadas como un todo, teniendo en cuenta el impacto de cada parte sobre las otras, como si fuéramos «ingenieros electorales» (Sartori, 1994). No obstante, el debate va por partes y ahora el tema parece ser las ventajas y desventajas del voto a la lista o “en plancha” –como le llamamos en Panamá– versus el voto selectivo.

En general, el diagnóstico que hace la opinión pública de manera intensiva en las redes sociales, coincide con el que hacen los especialistas: la política panameña es clientelar, personalista, excluyente, extraordinariamente cara y la calidad de la oferta electoral es en general baja, entre otras cosas. También se suele reconocer que, aunque nuestros partidos no cumplen con las expectativas democráticas, son una institución esencial en cualquier democracia liberal de masas.

Todos los expertos internacionales y nacionales que han estudiado el caso panameño, coinciden en que los grandes problemas de nuestro sistema electoral, y que producen los resultados conocidos, son los tamaños tan pequeños y las magnitudes de nuestras circunscripciones, el voto selectivo y la distorsión en la adjudicación del residuo.

Aislando el elemento de las listas, las ventajas del voto en plancha (sin posibilidad alguna de voto selectivo) son las siguientes:

  • Es el más adecuado para aplicar fórmulas proporcionales que permitan la representación de las minorías.
  • Facilita el conteo de votos, porque se le cuenta al partido una vez cada voto a la lista y luego se aplica la fórmula, que debe ser proporcional, para elegir a quienes representarán a la organización. Si se aplica bien, no es verdad que se cuenta varias veces.
  • Promueve la colaboración entre los miembros del partido, porque así su copartidario no es su principal adversario.
  • Aumenta la posibilidad de que el partido tenga un mensaje más claro y compartido, en lugar de tener tantos mensajes como necesiten los candidatos para diferenciarse entre sí. Por lo tanto,
  • Facilita la generación de una reputación colectiva, sustentada en un programa compartido.
  • Disminuye el costo de las campañas, porque en lugar de haber múltiples campañas individuales, el partido hace una sola para todos sus candidatos.

Irónicamente, el voto selectivo influye en buena medida que los partidos no sean ideológicos, y que aquellos representados en la Comisión Nacional de Reformas Electorales (CNRE) no sean capaces de alinear a sus bancadas para deliberar libremente en el marco de lo previamente acordado en la CNRE. En este sentido, es importante definir bien lo que queremos.

El voto en plancha no es perfecto y puede generar otros problemas, pero estos pueden ser neutralizados con un diseño correcto. Igualmente, el voto en plancha difícilmente encaja con la libre postulación, que es legítimamente apreciada por buena parte de la ciudadanía como la reacción a un sistema de partidos anquilosado (un tema para otro momento). En todo caso, el diagnóstico bastante compartido que se hace de la política panameña, lleva a que si queremos mejores partidos, la herramienta adecuada es el voto en plancha.

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Bibliografía 

Brown Araúz, Harry (2010) La política de la reforma electoral. En Brown Araùz, Harry (ed.). Las reformas electorales en Panamá: claves de desarrollo humano para la toma de decisiones. Ciudad de Panamá: PNUD.

Ceballos, Magda (2011). ¿Qué tan representativo es nuestro sistema electoral? En Revista Panameña de Política #11. Panamá.

Colomer, Josep (2001). Instituciones políticas. Ariel, Barcelona.

Duverger, Maurice (1957). Los partidos políticos. Fondo de Cultura Económica, México DF.

Guevara Mann, Carlos (2011). Political Careers, Corruption, and Impunity: Panama’s Assembly, 1984-2009. University of Notre Dame Press, Indiana.

Nohlen, Dieter (1998). Sistemas electorales y partidos políticos. Fondo de Cultura Económica, México DF.

Sartori, Giovanni (1994). Ingeniería constitucional comparada.Fondo de Cultura Económica, México DF.

Sonnleitner, Willibald (2010). “Desproporcionalidad y malaporcionamiento en Panamá. En Brown Araùz, Harry (ed.). Las reformas electorales en Panamá: claves de desarrollo humano para la toma de decisiones. Ciudad de Panamá: PNUD.