El viaje hacia el desarrollo sostenible ha sido una travesía marcada por importantes logros y desafíos. Desde los fundamentos establecidos por el Informe Brundtland (1987) hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015), la humanidad ha avanzado hacia una comprensión más amplia del progreso, integrando la sostenibilidad ambiental, la equidad social y el crecimiento económico.

A lo largo del tiempo, la investigación científica ha sido fundamental en este camino hacia la sostenibilidad. Desde avances en energías renovables hasta estrategias de conservación ambiental, la ciencia ha sido un motor clave para el cambio. Personas como Akira Yoshino, Vandana Shiva, Jeffery Sachs y Johan Rockström han contribuido significativamente al desarrollo de tecnologías limpias, métodos agrícolas sostenibles y estrategias para mitigar el cambio climático, ofreciendo soluciones a desafíos globales.

Recientemente, la COP28 ha marcado un hito significativo en la lucha contra el cambio climático. Este evento concluyó con un acuerdo crucial que sienta las bases para una transición rápida y equitativa lejos de los combustibles fósiles. Los compromisos tangibles incluyen reducciones profundas en emisiones y un aumento en la financiación para este propósito.

Durante la COP28, América Latina y el Caribe reafirmaron su compromiso con la sostenibilidad, destacando su liderazgo en energías renovables, adaptación al cambio climático y conservación ambiental. En esta nueva era, la región se encuentra en una posición estratégica, con un vasto abanico de oportunidades. Desde la promoción de energías limpias hasta la preservación de nuestros ecosistemas esenciales, la región tiene un potencial significativo para liderar iniciativas que fomenten la sostenibilidad y protejan nuestro valioso entorno. Este enfoque está respaldado por investigaciones relevantes, como las de José Goldemberg, Carlos Matallana, María del Carmen García, y Carlos M. Rodríguez.

No obstante, existen desafíos en la región, especialmente en el sector agrícola. Mis hallazgos recientes indican mejoras notables en la eficiencia y productividad agrícola, especialmente en términos de avances tecnológicos. Sin embargo, en la función de producción agrícola de los países estudiados, incluyendo Panamá, se ha dado prioridad a la prosperidad económica, relegando las preocupaciones ambientales a un segundo plano.

El potencial de América Latina para avanzar hacia un desarrollo sostenible, especialmente en el ámbito agrícola, es significativo. Es esencial lograr un equilibrio entre la innovación tecnológica y la eficiencia, considerando siempre las implicaciones a largo plazo en términos de sostenibilidad ambiental. Las políticas agrícolas deben fomentar la adopción de tecnologías innovadoras mientras se abordan sus efectos en el medio ambiente.

 

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Originalmente publicado el 25 de diciembre de 2023 en el diario La Prensa.